Llega el día en que es obligado ponerse “hasta las orejas”, lo que vulgarmente se decía borrachos como cubas. Hasta las trancas y en público, que se vea bien.
¿Hay alguna razón de peso para no hacerlo otro día? ¿Solo vale el 31? Obligaciones sociales para quedar bien por dónde lo cuentes, solo mero teatro. Es entendible pero no lo comparto, es algo que se da en sociedades decrépitas.
Beber y beber más, como los peces en el río. Y al mes siguiente pasando la mano por la pared pues no llegan ni a poder comprar chopped. Pero que más da, si he quedado bien con los que “te conocen”.
En ese día el que no quede bien con la sociedad, es como un apestado, un rarito. A veces está bien ser un poco rarito, te dejan aparte, tranquilo, en paz. Puede que sea bueno, dejar de pertenecer al “mucchio, a la folia”. 
¿Porque hay que seguir al resto de la tropa?
Perché devo correre dietro il mucchio? Non posso vivere come io penso al mio aggio? Lasciami in dietro, tu corri, corri, fai pure!
(Y el meadero con jornada de puertas abiertas como los de la Renfe o Spartakus). Esto es para volver a escuchar lo que nos decía el gran Sieber, que hay que venir de casa meaos y cagaos. ¡Cuanta razón tenía!
Todo ello mientras escucho toda la serie de excentricidades de “lolailos”, no se de cual familia, y resto de paseantes que no tienen otro placer, otra faena que “dar por cu…” mentalmente. Pero es así la sociedad que la TV ha dejado, añadiendo el “wasaa” y el “feisbu”.
Trabaja para vivir o vive para trabajar. Dicho que a más de uno hay que aplicarle para que se tranquilice un poco.
Lo de Sieber, se repite, esto no tiene fin, es un “sin vivir”. Siéntese y cuénteme que le pasa. Ya hay cola otra vez, y esta vez no es la de algún “machote” de la zona. Adoptar el sistema alemán para los urinarios sería una buena idea, y más de uno se acordaría de salir de casa ya pertrechado para la vida moderna, con la muda limpia, meao y cagao. Las puertas de los urinarios dan mucho tema, dan mucha vidilla.
Refrán: “pelo amarillento, choto mugriento”. Y es que no suele fallar. Es como un “lolailo y un porche”, son pareja de hecho, y si es pobre BMW.
¡Manda huevos…!
… _._
1 de enero de 2025, por el cu… te la hinco. En la continuación de las festividades obligatorias, la penúltima de este año, me he librado. Sin obligación de celebrarla. Un día más de desenfreno evitado. Un día menos de tener que hacer lo que la mayoría hace ese día porque lo han visto, y seguido una costumbre imitada, vista y como no es producir, pues se continúa desde hace muchos años. ¿Hay obligación de seguirla?
Vive y deja vivir. Sigue lo que te apetezca sin molestar al prójimo, sigue el camino del color de las baldosas que quieras, no es necesario que sea el de Alicia. Si quieres ponerte hasta las trancas de alcoholes variados, sustancias isotópicas (drogas), series gore o bocadillos de chorizo, pues tu mismo. Ya caerás al infierno del dolor, pero mientras tanto te lo has pasado bien, sin molestarme.
Has de tu vivir, de tu casa o donde vivas tu lugar de confort. Seguir tus ideas, sin molestar, no es malo, simplemente, vas “a tu aire”, haciendo “el bien” como puedas. No hay temor a mirar atrás o lo que los demás hagan.
Queda ya solo destapar los regalos el próximo día 6. Ya envueltos previamente, y que esperan en el armario.
El día de hoy ha empezado más tarde, la comida será a la misma hora, en el último turno. Otra costumbre a seguir, por obligación.
(Llegan al local los últimos “farloperos puteros” de la celebración obligatoria de ayer).
Con ojos desencajados y arrastrando los pies se les ve pasar avenida arriba y abajo según donde vayan a dejar reposar el culo hasta mañana, que algunos, pocos, trabajan aunque la mayoría viven de la paguita, que habría que quitarles. Sobran pagas y elementos de esta calaña.
La única que se salva en la BY, que siempre sonríe y saluda, como en los bares de Osaka (la de la canción de La Mode). Siguen entrando distintos seres, ya con idiomas diferentes. A saber: ucranianos, búlgaros, rusos, polacos, húngaras, rumanos….. Los del cono sur aún están de fiesta, no se les ve deambular por “la strada”.
Cada región de este globo tiene sus costumbres. Sigue las tuyas sin “disturbare”.
Yayo