Este año se nos acumula todo: Verbenas, pasacalles, cabalgatas, presentaciones, bautizos y comuniones, proclamas de fiestas y anuncios de neón. Todo, junto al material fumable y bebible oportuno. La cuestión es no pegar ni golpe durante este ancho puente de dos semanas, que entre que si empieza y estoy casi de festival, se pasan los días y viene Semana Santa, pegada al culo, la semana siguiente.
En la oficina no ha recambios, siguen los mismos titulares y suplentes, sin novedad, como aquel: «El alcázar no se rinde». Días de esperar en el balcón, como deambulan los asistentes y figurantes obligados, en su congregación «mariana» correspondiente. El ruido standard, para el que lo ha vivido en esta vida o anteriores, es lo normal. En cambio, el foráneo piensa, a veces, que la locura ha invadido la calle, y aquí no se puede vivir.
«Siamo chi siamo, e cosí andiamo». Belle «falleras» truccate più, laggiù del collo, ma da certi anni in poi, col
cellulare in mano.
Sono con la vista guardando non più lontano del cortile, del palazzo, del campo da giuoco dei ragazzi. Cioè a casa mia.
En otro orden de cosas, se ha reducido la cantidad de drogas legales recetadas por la «strizzacervelli». «Si comincia oggi la nuova tappa». Vedremmo !!
Enganchando con la realidad, los mismos por las mismas calles.