La clase era un buen grupo, no de terapia sino de aprendizaje.
Sin poder seguir las lecciones es difícil estar allí, de oyente, sin entender más de la mitad que habla Catalina, por más que le ponga horas y codos, no había forma de seguir “el camino de baldosas las amarillas” alemanas. En fin, fue otro intento. No creo que hayan más. Nunca se sabe. Lo seguro es que acababa con el terrible “mal di testa”, insistente, reiterado día tras día. Esta vez, el germano ha podido conmigo. No es lo mío de momento. Con varios intentos, es de proceder una reflexión para averiguar el «porqué» de ese repentino ataque del «mal di testa radicale» intempestivo, intenso y continuo, que impedía la concentración en mantener en memoria este idioma de «las cabezas cuadradas», el más hablado en Europa, y el que ha inducido a la retirada del estudio.

Estos últimos años se nota la carencia de asistentes en las mañanas, de hecho, solo habían 10 inscritos este año en este curso, quedan 7.
Buenos chicos con ganas de aprender, unos más avezados que otros, pero buenos compañeros en general.
Ci sono pochi, in sei, ma buoni ragazzi. Impareranno! E in fretta.
Ora è l’ora di parlare di essi: il attivo Charli senza lavoro; la ragazza vicina lui che non ricordo il suo nome; Carla «del bel viso»; M.Jesús quella di Godelleta; la ragazza multicolore, Paco «Macho Levante», la bellezza da LeroyMerlino, e il Davide, il più sveglio e intelligente .
Ogni volta che volevo metterla tutta con il tedesco, apariva l’incredibile «mal di testa infernale». No era una casualidad, aún cuando al principio creía que era así.
Bel gruppetto! Grazie per ascoltarmi. A presto!
¡Que podía decir mal de ellos! Nada, son buenos y valen para estudiar.
Nella foto manco io, «Godelleta», e Sara «multicolore», qualcuno doveva scattare la foto! Sapete come trovarmi amici.