Directamente del Japón , y es bien Oriente lejano, le han traído al niño motero su regalo que venía echándole la carta, el fax, el teletipo, el de Ups, el de Fedex, la burra, la madre del
topo, etc… más un sin fin de gente que ha tenido que ayudar a que el «niño motero» calle de una vez, aunque se haya quedado antiguo ya el juguete, del tiempo que lleva pidiendo ese presente a los Reyes «Majos». ¡Ale, un problema menos para sus majestades imperiales! Ahora el problema lo tendrán los que tienen que aguantar al niño, su milagro y su nuevo juguete, que no dudes que es el mejor del mundo mundial y parte del universo y más allá. ¡Buzz Light year, prepárate! Que la paliza que ha estado dando estos años con el aparatito es de órdago, que se dice.
El segundo tema a estudiar son los nombres de los niños, esto ya se desmadra entre nombres de dragones, personajes de juegos PS5, los de los trolls, y gente famosa o cosas que deambulan por las televisiones. Esto es un caos, algo así como que no sabes si estas llamando al «zagal», a una hembra humana, niñe, niña, recién nacido y que rápido le asignan nombre, que parece japonés mezclado con algún dialecto venido del este europeo (rumano, ruso, ucraniano, búlgaro, incluso griego).
Aparecen nombre de bichos, cosas incluso adjetivos y también personajes de la farándula, jugadores de «jurgol». He oído hasta «Killian», ¡Si, como el de «engañé», Killian Engañé. Y es que la comparación es cruel, pero llamar a una cosita recién nacida, como un personaje de ficción…..¡Manda hue…! Esos padres no tienen perdón. Son las palabras que están de oda las que caen encima de las criaturas, menos mal que después se lo pueden cambiar, porque bautizados a la antigua usanza, no lo están. Y a la nueva usanza, no se sabe como lo hacen, si le tiran un chupito de whisky por encima o lo rebozan en barro del Amazonas, cualquier rito contra más raro sea, más llama la atención y más adeptos capta. ¿Con qué objeto? Pues montarse una juerga con la escusa de presentar al niño/a en sociedad.
Nos gusta más la fiesta que una misa.
Yayo