¿No podéis dejadme ni un momento tranquilo sin ruido y solo?

Asi como en la mesa de las traficantes siempre la ocupan en manada, de ahí la protección del grupo, yo quiero que me dejéis solo, ya estoy bien.
Oyendo ya como algunos se han pasado las vacaciones en la drogadicta Ibiza y aldeaños, los alrededores ya no son para gente pobre o como el teniente Ciurana, ya jubilado. Se oye de todo, la tranquila isla ya está superpoblada de gente que va pasada de frenada. Sex, drugs and rock&roll.
La habladora, hoy se ha traído a pasear al maromo, no es que sea raro, no, más aún. Tiene un buen discurso, no le deja hablar a ella, es raro, pero es asin.

Tranquilidad en otro caluroso mes de agosto, como es normal, dejando a parte los bocadillos de longanizas y tortilla de patata de La Curra. Que para llegar allí, siempre se está a tiempo.

Odio oír arrastrar las sillas.
Siguen entrando y saliendo viejos cuerpos que se mueven como bolinches, como bolos o tente tiesos, mientras “sin cuello” sigue largando de las que no están presentes.

Mientras tanto, a seguir esperando, ¿El que? No se. Lo mismo a la ISS.

 

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