Su amigo ya no tiene amigos, se le han ido.
Después de 2 semanas de su desaparición, Los tontos son igual de tontos, y los espabilados igual de espabilados, con la diferencia que hay menos ruido por las calles orbitales y aledañas. La gran mayoría se han alegrado, debido a que ya no está el personaje conspirador, aunque una minoría, solo han expresado su asombro, nada más. Solo los de su mismo status, lo pueden entender. Y es que sus últimas acciones, durante los últimos años no han hecho más que agravar la tensión arterial, vociferios y preguntas, junto a visitas inesperadas.
Pero al ver publicado su retrato en el BOE, empezaron los primeros pensamientos cantando : Se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla…» . No dejó muchos adjuntos en tierra firme, pues el deterioro celular conspiranoico estaba muy alto.
Abstenerse cazadores de viudas, tangoecos o similares, que el corral está protegido, por otro igual de carácter, aunque menos beligerante.
En las farmacias cercanas, ha disminuido la venta de algunos antidepresivos, y venta de boletos para los rompe piernas y boca-chanclas que todo lo saben.
No lo quería ver así, pero de unos 5 o 7 años hacia ahora, la conspiración judeo-masónica había sobrepasado a la lógica. Peor que tito Adolf o Josef, que los veían hasta en sombras, peor.
A.E.H.H.