Ya da igual quien sea , el elemento/a del que hable del rancho, todos cojean, son transparentes, se les ven las pocas ideas que tienen, casi ninguna buena , casi sin alma , van divagando por los largos pasillos del Titanic, pues aquello cada vez se parece al moviminento armonioso del algodon fantasmal del mismo Canterbury.
La última desfachatez, de alguien cuyo «Don» no es precisamente el de la verguenza, a saber «La que no puede entrar por las tardes», y hoy lo ha demostrado una vez mas, se le ocurre decirme que me diera prisa….casi me enveneno para no contestarle, con no mirarle es suficiente, pues «vales mas por lo que callas que por lo que hablas», me dije. Ella paseando moqueta arriba , moqueta abajo, repartiendo faenas, al estilo de sus Mecenas, «Dios y El Mesias». Aquello es la autentica, y cada vez más me reitero en la afirmación «Tierra de Nadie», sin dueño conocido, con dos Califas apuñalandose en la fria noche de luna nueva, y sin Señor al que servir ni vasallo al que mandar cultivar las tierras.
Por nuestro valle encantado , es cierto, que al no haber señor al que servir, ni rey al que alagar, tambien se campa a las anchas de cada uno de los componentes de la tabla redonda. Hoy la de «Chambao», porque ella lo queria asi se ha ido a llantarcuando se la salido de su real y castizo lugar, entendiendo lugar como «Las meaderas». Por lo que abandoné Tierra Santa con mas de 40 minitos despues del tiempo fijado , en fin, que pocos somos y que demadre hay. Y es que me reitero en lo dicho en capitulos anteriores, «Mucho rancho para tan poco Sheriff».