A cada cerdo le llega su San Martín

No se quien diría esta lapidaria frase, pero más razón no podría tener.

Así es, y después de 15 largos, tiránicos, y angustiosos años; la llamada Santísima Trinidad del rancho ha llegado a su fin, es decir: el Dios local, el Mesias y la Virgen Maria (la ama del puteo de sus sirvientes esclavos). Lo han disuelto, cada uno a un colegio diferente de la ciudad.
¿Quién habrá tenido la idea que separando a estos 3 pueden obtenerse mejores rendimientos? Hay que darle un gran premio. Porque para ver los asuntos internos, chanchullos, desigualdades, acosos, robos-hurtos, o desapariciones que se hacían en esos ranchos conflictivos que funcionaban todos a luz; hay que ser muy buen observador, muchas horas viendo imágenes de esos ranchos, o teniendo alguien dentro que informe al Gran Sheriff de la capital.
¿ Porque se produce este ansiado final ?
¿ Y ahora qué ?
Desde luego, la expresión de las caras de este trio han cambiado