Ya hace un año de la salida forzosa con honores del Gran Rancho. Forzosa por enfermedad y con honores por haber costeado los gastos de este proceso de mi paso a segunda linea del frente de batalla.

Los honores son de agradecer pues a pocos le dan los servicios prestados por loqueros y «pinchapleitos», que no cobran 10 € la hora sino con algún cero de más, en este caso, gratuitamente. Esta afirmación no es para lanzarla por ondas a la ionosfera. Conviene ser cauto, agradecido y comedido con los comentarios que se puedan hacer, discreto. Algo he debido hacer bien, aunque para los»Sheriffs» que tuve no era más que un cero-cero a la izquierda.
Vi a la «mafia del rancho» igual que años atrás, en su linea, es decir, sonriendo por delante y conspirando a la que te descuidas. La mafia será allí siempre así, mientras tengan «capitanes» que los protejan.
YA HACE UN AÑO.
Algunos, realmente pocos, muy pocos, se han puesto en contacto con el que suscribe, no esperaba mas de 2 o 3. Como había pensado. Así son los «presuntos amiguetes», más bien conocidos, pero que no son compañeros de trabajo. Sino «bultos sospechosos» que arrastran los pies por ranchos cada vez más grandes, y deshabitados.