En estos momentos me siento como el preso condenado a muerte esperando su ejecución, con la salvedad que el verdugo el la Seg Social (SS) y el corredor es el largo pasillo y trayecto hasta el rancho.
Aunque también podría llamar a éste post, «SIN NOTICIAS DE DIOS», en este caso las SS, como es evidente. No pasará de ésta semana el día que venga la misiva, que no un salvoconducto, para desfilar por el corredor hacia el lugar donde se cumplirá ésta sentencia, no de muerte directa, pero inducirá a ese fin. Solo están alargando la agonía del recluso de las SS (Seg.Social), pues como somos números , y no personas, cuanto menos números en rojo tengan más positiva será la gestión del Gruppenfürher SS o mandamas regional de tal
negociado.
Ahora no se trata de curar, sino que no figures, si estas enfermo, en la lista negra o de números rojos de dicha entidad. Somos números que hay que quitar, no curar, sino que no consten como bajas laborales ante la corrupta administración.
Y podría preguntarme, si me hubieran dado de baja hasta el fin de los tiempos, ¿Pensaría igual? El pensamiento es el mismo pero vería mas equidad en los hechos que acontecen a cada enfermo por separado. Hasta ahora somos números y a las pruebas me remito, 2 intentos de suicidio, y un tercero fustrado. Claro que como estoy vivo, y en la SS no han sabido distinguir entre una distimia y una depresión, el que lo sufre no son ellos, sino el que escribe.
No se lo que aguantaré la próxima vez, pero que lo habrá, eso es seguro. Así que a esperar si llega mañana, y si no al dia siguiente, antes del holocausto o armagedom.
Aunque los seres que habitan por aquellos ranchos sean los mismos, y algunas leyes hayan cambiado consecuencia de las «vacas flacas», el resto del ambiente es el mismo o peor, consiguiendo que cada vez el cinturón apriete más que el «garrote vil» de la película «Los Verdugos».